El día 26 de enero se cumplen 3 años de los brutales desalojos realizados por la Compañía Central Romana en El Seibo. El Abogado del Estado expresó entonces cómo, “de forma arbitraria y sin compasión”, se tumbaron 80 casas encima de personas enfermas, encañonando a los niños y a las niñas para sacarles de un camino público al lado de la tierra que ocupa el CR. Al día de hoy, las familias siguen sufriendo el trauma de aquella terrible noche, las penurias del desarraigo, el hambre y el miedo.
Tomamos las palabras de Claribel Álvarez, líder de las familias ultrajadas, quien unos meses después fue condecorada por la Primera Dama, Cándida Montilla de Medina, como “Madre ejemplar de la provincia de El Seibo” y en septiembre pasado viajó a Ginebra a denunciar estas violaciones en el Alto Comisionado de la ONU para los DDHH: “los guardias campestres del CR llegaron a las 3 de la madrugada de una forma agresiva y nos tumbaron las viviendas encima. Nos cayó un horrendo aguacero y tuvimos que tapar a los niños junto a una mata de mango y cobijarlos con hojas de zinc. Fueron con armas largas con la mano en el gatillo y diciendo a las personas que no se muevan. A mi hijo de 3 años se le entró un clavo en el pie… Estábamos secuestrados. Nosotros la llamamos la madrugada del terror. Fue atemorizante, no tuvieron misericordia, nos sacaron como vulgares delincuentes. Estamos como los pajaritos cuando les tumban su nidito. Lo que nosotros pedimos es que nos busquen un lugar donde podamos criar a nuestros hijos dignamente, que nos ayuden, que Dios toque los corazones de nuestras autoridades aún sea del mismo Central Romana que tienen tanta tierra, que, por favor, escuchen nuestro clamor que ni siquiera pedimos una casa sólo un solarcito donde podamos levantar nuestras hojas de lata. Nosotros no vamos a descansar hasta lograr nuestros objetivos. Si Dios fue el que hizo la tierra porqué uno sólo tiene tanta y cuando un pobre le pide una migaja lo que hace es negársela y aun no siendo de él arrebatársela de las manos”.
Paseando tiempo después por el camino, estaba arando un tractor supervisado por agentes del CR. Se les mostró el zapato de una niña que encontramos allí olvidado aquella noche por la prisa de las armas para violar el silencio y el sueño sagrado preñado de sueños de esperanza. Se estableció un diálogo: – este zapato es fruto de lo que hicieron, ¿se recuerdan? – Nosotros no sabemos nada -, dijeron, pero sin valentía de mirar de frente y con los ojos perdidos hacia la tierra que clama justicia contra sus mismos hermanos.
Después de varias reuniones en el Palacio de Justicia de El Seibo y en la Misión Permanente de República Dominicana ante la ONU en Ginebra con las magistradas de DDHH, Rosalba Ramos, Rhadys Abreu y Danissa Cruz, en las que se garantizó que el CR sería fuertemente castigado y obligado a reparar los daños, resulta que en la Navidad de 2017 se dio a conocer la sentencia del Ministerio Público de la Procuraduría General de la República: “…es manifiesto que el hecho no constituye una infracción penal; por lo que se dispone el archivo definitivo en virtud del artículo 281 numeral 6 del Código Procesal Dominicano Ley 76-02, modificada por la Ley 10-15”. Después de las condenas de la Relatora Especial para la Vivienda Adecuada de la ONU, del Procurador Fiscal de El Seibo, Dr. Manuel Emilio Santana, quien tomó esta lucha como propia, y del rechazo de toda la población llegó este “premio” a una institución que tiene más de un siglo conculcando la dignidad de la provincia.
Las instituciones abajo firmantes, junto a tantas personas e instituciones de buena voluntad, denunciamos a la luz del día la cobardía de aquella noche. Queremos ser eco del grito que lanzó hace 500 años Fray Antonio de Montesinos el cual resuena aún en nuestros días: «Todos están en pecado mortal y en él viven y muere, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. ¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No están obligados a amarlos como a ustedes mismos?”.
Tenemos la esperanza que el CR restituya la dignidad de estas empobrecidas familias; “que nadie vuelva a sufrir lo que nosotros padecimos”. Recordamos, a modo de salve, lo que ocurrió aquella noche de la dominicanidad:
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque Nuestro Padre de la Patria luchó por los derechos de la persona proclamando su inviolable dignidad. En su ideario dejó escrito: Ningún poder de la Tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco (26). Todo poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le pertenezca (27).
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque a las 3 de la madrugada llegaron las armas acompañadas de muchos hombres ordenados por la mala voluntad del CR para tumbar en segundos 80 casas. Estas humildes moradas fueron construidas con el sudor de las mujeres lavando y planchando ropa y de los hombres echando días en el campo y en la construcción.
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque estas 80 familias llevaban viviendo casi dos años en una tierra que sólo le pertenece a Dios y en unos segundos la cobardía del CR rompió el silencio de la noche provocando los llantos de las niñas y niños que se quedaron cobijados bajo el frío manto de las estrellas y destemplados por la fría agua de la lluvia del cielo que lloró de impotencia.
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque el Buen Vivir que proclama Radio Seybo y todas las emisoras de UDECA y ALER es contrario al “vivir bien” a costa de los otros, despojándoles de lo que les pertenece desde muchas generaciones. La tierra fue entregada por Dios para que la cuidásemos, la sembráramos y recogiésemos sus frutos. Nos la dio sin límites ni fronteras como un Bien Común de y para todas las personas.
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque de forma vil y cobarde fueron salvajemente conculcados los derechos fundamentales y mancillada la dignidad de estas familias en el día del padre de la dominicanidad. Fue una afrenta a Juan Pablo Duarte que, en su día, en el día donde se izan miles de banderas gloriosas de la independencia y de la soberanía nacional, la indolente CR encañonara a las niñas y niños helándoles su bella sonrisa e infundiendo el terror más cruel que les ha quedado grabado en sus corazones y ahora dibujan en la escuela con colores tristes.
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque la luz de la verdad y la justicia brillará y ganará a la indiferencia y la falta de valores del CR y de quienes la apoyan. Abuelos, jóvenes y niños visten de negro, simbolizando el luto, gritando respeto por las calles y los micrófonos de América Latina y El Caribe. La sagrada madre tierra pide justicia exigiendo a quienes endulzan sus cuentas bancarias con el sudor amargo de la caña de azúcar restituyan pronto la tierra robada a varias generaciones.
Firmado por:
Familia Dominica, Dominicans for Justice and Peace (Order of Preachers), Centro de Teología Santo Domingo de Guzmán, Escuela El Rosario, Acción Verapaz, Radio Seybo, Centro Antonio Montesino (CEAM), Politécnico Fe y Alegría de El Seybo, Selvas Amazónicas, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Asociaciones de Campesinos “Mamá Tingó”, “Valle de Bendición” y “Guillermo Mercedes”, Iglesia Asamblea de Dios, Iglesia Misionera Isaías 55, Parroquia Santa Cruz, Parroquia San Juan Bautista, Confederación de Juntas de Vecinos de El Seybo, Parroquia Santo Tomás de Aquino, Parroquia San Pío X de Santiago, Parroquia San Martín de Porres de Santiago, Unión Dominicana de Emisoras Católicas (UDECA), Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). Fundación Anacaona, Centro de Salud Fr. Luis Oregui, Proyecto de Agricultura Virgen de Covadonga, Fundación Göran Koch-Swahne, Movimiento “Unidos por una mejor provincia de El Seybo” y Asociación Studium Pro Aequalitas.