Santo Domingo (República Dominicana).- Abogados internacionales y la Comisión Internacional de Juristas opinaron que las autoridades de la República Dominicana presuntamente han permitido violaciones a los derechos humanos por parte del Central Romana.
Incluso, sostienen que incluso ha permitido el derecho a no ser objeto de desalojos forzosos sin el debido proceso legal.
La aseveración la hizo Mike Deeb, delegado permanente ante las Naciones Unidas en Ginebra de los Dominicos por la justicia y la paz (Orden de Predicadores), en una carta enviada a César Heredia, presidente de la Unión Nacional Azucarera (Unazucar), en respuesta a su misiva enviada el 12 de octubre de 2018, dirigida al Padre Damián Calvo Martín, de Dominicos por la justicia y la paz, y a Carlos López, de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ).
En sus expresiones, Heredia rechazó la denuncia que en el país exista impunidad y violaciones a los derechos humanos de parte de la industria de la caña de azúcar.
La misiva del delegado se produce a raíz de lo que llamó «desalojo forzoso» de unas 60 familias, incluidos niños y niñas, por parte de personal del Central Romana, «que utilizó la fuerza con armas de fuego para alejar a las familias de sus hogares en El Seibo».
Deeb aseveró que poseen amplia evidencia sobre lo que sucedió en El Seibo, incluyendo fotos, grabaciones y testigos.
Agregó que «a pesar de que solicitamos al Central Romana una respuesta a estas serias acusaciones, ellos optaron por no hacerlo y, en cambio, a través de sus abogados, han amenazado con iniciar procesos legales contra Dominicos por la justicia y la paz, una ONG reconocida en la Iglesia con oficinas ante la ONU y en otros países, y cuya función es proteger y buscar justicia para las personas afectadas por los abusos de los derechos humanos».
Deeb considera que las condiciones laborales de los trabajadores en las plantaciones están por debajo de los estándares internacionales.
Aseveró que los detalles de las condiciones inhumanas de trabajo son muchos, y como ejemplo citó lo reflejado en nota adjunta enviada a Heredia, en la que detalla que las condiciones de los picadores de caña, al iniciarse la zafra, tiempo de corte de la caña de azúcar, que inicia en nombre y termina en junio.
Recordó que durante este tiempo sólo son feriados el primer día del año y Viernes Santo y que el horario de trabajo comienza cada día al amanecer, antes de las 6:00 de la mañana, y termina al anochecer, después de las 6:00 de la tarde.
«No se descansa ni siquiera los domingos. Si algún bracero toma un día libre por enfermedad, etc., se le considera perdido pues no ha podido cortar caña. Cada mes puede ganar un salario que nunca pasa de los 200 dólares americanos. Cuando termina su vida útil laboral debe dejar, junto a su familia, la casa que le ha prestado la compañía. Si no lo hace voluntariamente los mismos guardias campestres los desalojarán a la fuerza», dijo Deeb.
El delegado permanente ante las Naciones Unidas en Ginebra de los Dominicos por la justicia y la paz (Orden de Predicadores) indicó que los miembros de la Familia Dominica continúan observando a adolescentes en campos de caña de azúcar trabajando en condiciones inhumanas, con salarios muy bajos, poca atención médica y viviendo en casas insalubres.
«Aunque sus suposiciones fueran correctas, la evidencia hasta la fecha indica claramente que en la ocasión que nos ocupa en El Seibo, Central Romana autorizó a sus agentes a usar ilegalmente la fuerza y el terror contra las familias y los niños y las niñas, incluida la destrucción intencional de sus hogares y sus bienes personales. Esto no es la mejor práctica ni cumple con las normas de derechos humanos», precisó.