El Día Mundial de la Justicia Social fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 62/101 del 26 de noviembre de 2007, decidiendo que se celebraría el 20 de febrero de cada año.
La justicia social se refiere a las nociones fundamentales de igualdad de oportunidades y de derechos humanos, más allá del concepto tradicional de justicia legal.
La comprensión de la dimensión ética de estos conceptos capacitará a los jóvenes para actuar por un mundo más justo, en su país y fuera de él.
Cuando estas necesidades fundamentales no se satisfacen nos encontramos frente a inequidades, que pueden darse tanto en los países industrializados como en países en desarrollo. Lo que convierte estas situaciones en injusticias es que pueden ser evitadas: no se trata de problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino que a menudo han sido provocados por personas y persisten porque mucha gente se desentiende de ellos. La decisión de promover o negar la justicia social está en manos de las personas, ya sea a escala individual, local, nacional o mundial.