Hoy, 25 de marzo, se cumplen seis años de aquel fatídico día en La Culebra de San Francisco-Vicentillo, donde el niño Carlos Rojas Peguero, conocido cariñosamente como Carlitos, perdió la vida de manera trágica. Con tan solo 12 años, Carlitos, lleno de inocencia y sueños, se vio atrapado en un conflicto que no le correspondía, marcado por disputas de tierras y desigualdades sociales.

El dolor de su familia sigue tan vivo como aquel día. A pesar de las pruebas que señalaban al responsable, el caso ha estado plagado de irregularidades y maniobras legales que han impedido que se haga justicia. Los padres de Carlitos, con lágrimas en los ojos, claman por una resolución que honre la memoria de su hijo y que no permita que su muerte quede impune.

El principal sospechoso, quien alegó que Carlitos se disparó accidentalmente con una escopeta calibre 12, sigue libre. Esta versión, llena de inconsistencias, fue suficiente para que las autoridades judiciales descartaran el homicidio, dejando a la familia y a la comunidad en un estado de indignación y desamparo.

En este sexto aniversario, hacemos un llamado urgente a las autoridades responsables de impartir justicia. Es imperativo que este crimen no quede en el olvido, que los culpables enfrenten las consecuencias de sus actos y que las tierras en disputa sean devueltas a sus legítimos dueños.

La memoria de Carlitos merece justicia. Su familia y su comunidad no descansarán hasta que se haga lo correcto.

Carlos Rojas Pequero es el nombre que ahora está en la mente de todas y todos, y el cual se repite una y otra vez para que haya justicia y no quede impune este horrendo crimen cometido en contra no solo de Carlitos, también fue contra los cientos de familia que han sido despojadas de sus tierras y sus pertenencias y siguen a la espera de que la justicia se imponga por encima del poder económico de quienes se han proclamado dueños de esos terrenos, pero no presentan pruebas convincentes, pero siguen cometiendo abusos contra esas familias.

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