En un movimiento inesperado, el presidente Luis Abinader decidió retirar del Congreso Nacional el polémico proyecto de ley de modernización fiscal que había sido presentado como parte de su agenda de reformas económicas. La medida se tomó luego de semanas de intensos debates y protestas por parte de distintos sectores sociales y empresariales, quienes expresaron su preocupación por el impacto que tendría en la economía dominicana.

El presidente Abinader, en un discurso dirigido a la nación, explicó que si bien el objetivo de la reforma fiscal era fortalecer las finanzas públicas y promover una mayor eficiencia en la recaudación de impuestos, el contexto actual no era propicio para su aprobación. “No estamos aquí para dividir, sino para construir consensos que beneficien a todos los dominicanos. Si este proyecto no cuenta con el apoyo suficiente, es nuestra responsabilidad buscar una mejor alternativa”, afirmó.

El retiro del proyecto fue recibido con aplausos por parte de amplios sectores de la sociedad. Organizaciones empresariales, sindicatos, y grupos comunitarios que se habían manifestado en contra de la propuesta expresaron su satisfacción por la decisión del mandatario. Muchos destacaron que el diálogo y la búsqueda de consensos deben ser el eje de cualquier reforma de gran envergadura, especialmente en temas que afectan directamente el bolsillo de los ciudadanos.

Respaldo de sectores clave

La Confederación Patronal Dominicana (COPARDOM) y la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) fueron algunos de los primeros en expresar su apoyo a la decisión de Abinader, señalando que la retirada del proyecto permitirá revisar puntos clave que habían sido motivo de controversia. Entre estos se encontraban el aumento de impuestos en sectores estratégicos y la implementación de nuevas tasas impositivas que, según argumentaban, podrían frenar la inversión y el crecimiento económico.

Por su parte, el sector sindical también reaccionó de manera favorable. La Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) agradeció al presidente por escuchar las preocupaciones de los trabajadores, que temían que la reforma fiscal pudiera afectar su poder adquisitivo. “Este es un paso en la dirección correcta. Es fundamental que cualquier reforma que se implemente tenga en cuenta los derechos y las necesidades de la clase trabajadora”, dijo su presidente, Jacobo Ramos.

Llamado al diálogo

Tras la retirada del proyecto, el gobierno ha expresado su voluntad de abrir un espacio de diálogo con todos los sectores implicados para elaborar una nueva propuesta que sea más inclusiva y balanceada. Abinader subrayó que las reformas fiscales son necesarias para garantizar el crecimiento sostenible del país y poder cumplir con los compromisos sociales, pero dejó claro que dichas reformas deben ser fruto de un consenso amplio.

El retiro del proyecto de ley también ha sido visto por analistas políticos como una señal de la disposición del presidente Abinader a escuchar a la ciudadanía y priorizar el bienestar general por encima de los intereses particulares. Aun así, queda por verse cómo será el proceso de negociación para una nueva propuesta fiscal y qué cambios se introducirán en la misma.

En un país donde las reformas fiscales son históricamente complicadas y generan fuertes divisiones, el enfoque colaborativo del mandatario ha sido bien recibido. Diversos sectores coinciden en que, aunque el camino no será fácil, la apertura al diálogo es una señal positiva para la estabilidad económica y social de la República Dominicana.

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