A continuacion les compartimos el trabajo realizado por la periodista española Patricia Rosety para www.cope.es y que recoge la realidad de Los Peregrinos de El Seibo y otras personas que han sido desalojados por terratenientes y multinacionales.
Texto integro:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Así empieza la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada el 10 de diciembre de 1948.
Algo más antiguo que el mundo, aceptado por todos, pero que, a día de hoy, 2023, todavía hay mucha gente que lucha por la dignidad y por los derechos humanos, para que no se los vulneren o no se los sigan vulnerando.
Y ahí está la Iglesia, apoyando a los más vulnerables.
Pude ver esa lucha este verano en República Dominicana, en El Seybo. Estuve, por segunda vez, como voluntaria de Misioneros Dominicos-Selvas Amazónicas, junto al dominico asturiano Miguel Ángel Gullón.
Campesinos desalojados con violencia de sus propias tierras por un terrateniente que dice que son suyas. Llevan cinco años intentando recuperarlas. Campesinos conocidos como los “Peregrinos del Seibo”. También la lucha de vecinos desalojados de sus humildes casas por multinacionales de la caña de azúcar. Tampoco faltó la violencia. Han vuelto a construir sus humildes casas, lo que nosotros llamamos chabolas, y tienen la preocupación, o el miedo, de que les vuelva a ocurrir. Intentan por todos los medio que no sea así. Y los dominicos, con Gullón a la cabeza, están al lado de todos ellos. A través de Radio Seybo, emisora que dirige, les da voz para que sean escuchados.
Este dominico asturiano lleva casi veinte años en El Seybo y habla con pasión cuando se refiere a la dignidad, a la dignidad de los más desfavorecidos, de los “preferidos de Jesús”. Dice a COPE que la utopía es posible, y que es necesario restaurar la dignidad de todos ellos. Les han robado su casa, les han robado su tierra, que la tienen desde hace muchas generaciones. “La dignidad es la imagen sagrada de Dios en las personas y todas merecen, merecemos, respeto”, señala. Y cuenta que con todas esas personas ha descubierto lo importante que es luchar por ella, por la dignidad, merece la pena. Miguel Ángel Gullón habla del estudio de la Biblia, pero también se refiere a estar “a pie de tierra” con los “preferidos de Jesús”. “Nos abren su corazón, y escuchar y compartir con ellos nos hace sintonizar con lo que realmente es la dignidad”. Añade que custodiarla es algo tan antiguo como moderno.
Gullón me muestra el zapato destrozado de una niña, Yeidi, un zapato negro, del número 29, un zapato que simboliza la violación a la dignidad, simboliza la barbarie de los desalojos, desalojos violentos y de madrugada. Fue en 2016. Ese zapato viajó con los Dominicos hasta Ginebra, hasta la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, para denunciar esas violaciones a la dignidad. Y quieren seguir luchando para que no haya más.
A lo largo de nuestra charla Gullón recurre varias veces al Papa Francisco y lo que dice sobre la dignidad. Habla de las “tres T”, tierra, techo y trabajo. Derechos de cualquier ser humano. Destruyendo alguna de las tres se viola la dignidad. Y en El Seybo eso ocurre, manifiesta. La lucha no es nada fácil, pero para este dominico asturiano, “a veces, lo más difícil es lo más bonito. Cuando hay dificultad se siente una fuerza especial, quizá sea de Dios, y ahí sentimos más ese espíritu para luchar por la gente.
Para Miguel Ángel Gullón “la dignidad es la principal bandera que podemos enarbolar”.
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