Ganarse la vida y sostener una familia en tiempos caracterizados por la escasez económica no es fácil para cualquiera; sin embargo, basado en su labor como locutor, Israel Morales es un buen ejemplo de que cuando se quiere, se puede y más si se hace el esfuerzo y se diversifica el trabajo.
Siendo un consagrado de la locución, el ser invidente no ha sido en lo más mínimo un obstáculo para este fajador y revolucionario comunicador, quien actualmente es director de programación de Radio Seibo, produce un programa de bachata en la emisora La Calle y participa de programas especiales en cadenas de radio y televisión local de forma destacada.
Su voz se conoce en el pueblo y en el campo, graduado de Locución hace 16 años, su mérito está en la perseverancia y la superación constante.
Su tesón lo ha hecho el locutor más destacado e influyente de la provincia en los últimos tiempos. Participa en programas de panel, de noticias y comentarios, como en El Poder de la Mañana, produce uno de bachata, conduce y taponea de la mejor manera en El Bloque Familiar de la Mañana, para la familia, todos con el mismo entusiasmo.
Como locutor, no solo se gana el sustento para él y su familia, sino que lo ejerce con dignidad y denodada vocación, donde contribuye con acciones humanitarias coordinando radio y teleradiomaratón en los medios e iniciativas en favor de obras, reclamos y demandas sociales que requiere la provincia.
Sus inicios
Llegó en 1999 a la radio, cuando en la desaparecida estación Zafra FM, que operaba desde el hotel Santa Cruz, lo cual hizo de forma gratuita, sellando su gran amor por el micrófono.
Estuvo en el 2000 en Comunitaria FM (Radio Centro Tecnológico Comunitario), del cual era vecino y en el 2001 fue nombrado su director, ganando 2,000 pesos mensuales, hasta el 2006, cuando renunció.
En el 2002, se inscribió en locución y refiere: “me era difícil estudiar, dado lo pobre de mi familia, no podía pagar los estudios y mucho menos costear el transporte”.
En la ocasión, solicitó media beca en La Voz de las Fuerzas Armadas, al programa ‘Ejército y Sociedad’ dirigido por Justo Méndez, que se le aprobó, pero la oposición de su familia de que viajara solo lo hizo solicitar otra beca, para un acompañante, lo que también se le concedió.
Siendo estudiante de locución, tuvo pocas ausencias a las clases de los domingos, responsabilidad que ha mantenido en los programas que tiene a cargo.
Lo duro
No fue fácil costearse sus gastos. En ocasiones solicitaba a su compañero Ramón Rijo Mercedes el pasaje para ir a clase y en otras, esperaba por los anuncios ocasionales, aun fuesen las esquelas mortuorias, para sus viajes.
Pero sus metas siempre han sido firmes; en medio del duro trajinar, incursionó en la Escuela Nacional de Ciegos, actual Centro de Recursos Olga Estrella, de donde su madre lo sacó por lo flaco que estaba.
Para 1994 viajaba desde su natal sección Candelaria a la ciudad, luego a la escuela Eloina Constanzo y al liceo Sergio Augusto Beras.
Estuvo cinco años fuera del internado, donde sus profesoras Martina Campechano y Mirla Morales convencieron a su madre de que lo llevara de nuevo para continuar sus estudios. Allí duraba mucho sin saber de su familia y a veces se quedaba con dos o tres compañeros, los fines de semana, al no tener pasajes para ir a su casa. Laboró en Visión FM de Hato Mayor para el 2004 con el programa Máximo Control.
Descrito por un sacerdote
El sacerdote dominico Miguel Ángel Grullón, director de Radio Seibo, refiere sobre su trabajo:
“Hemos escuchado muchas veces que “lo esencial es invisible a los ojos”. En Israel se hace realidad este dicho pues él ve y enseña a ver con todos los sentidos; sabe captar y escuchar los más mínimos detalles de rutina cotidiana que hacen grandiosa la vida; ve con los ojos del corazón, los más puros de las personas.
Es delicadamente sensible y preocupado por el dolor de quienes más sufren. Siente que se debe al equipo de Radio Seibo, pero también a UDECA y ALER, a la comunicación seibana, dominicana y latinoamericana. Sentimos orgullo de su presencia, su calidez humana y su sonrisa nos anima a ser mejores personas”.
EL SUELDO:
A 120 pesos por hora de labor, el salario promedio de un locutor es de RD$10,000 mensuales en el mejor de los casos. Israel abrazó la locución, su vocación desde un programa local, logrando una sección fija en la Unión de Emisoras Católica (UDECA).
LE APENA:
Tener que haber suspendido sus estudios por la mitad en la carrera de Comunicación Social en la UASD entendiendo que no debe descuidar su familia por terminar su profesión, porque luego se quedaría sin familia.
LIMITACIÓN
El pluriempleo es común en los locutores, quienes son maestros, psicólogos o incursionan en otras áreas por la informalidad y la tajada publicitaria a manos de otros. Morales es la excepción, ocupado solo del micrófono, guiando su familia y contribuyendo con los cambios de su pueblo. Es de esperar que de tantas entidades gubernamentales y ong den algún aporte para ayudarle a culminar su carrera, por el sitial de admiración y respecto que se ha ganado gracias a su talento y ejemplo en este medio.
ÉXITO
Locutor graduado, productor de programas, su voz es común en comerciales y campañas de entidades y establecimientos, quienes demandan su sello y estilo original sumando respeto, admiración y estima de mucha gente en El Seibo, la región y el país, donde se conoce su trabajo.