Lima amaneció hoy, por segundo día consecutivo, con inundaciones en sus zonas más orientales, como consecuencia del desbordamiento del río Rímac, cuyo caudal sigue sin disminuir por la persistencia de las lluvias en partes altas de la cordillera de los Andes.
El desbordamiento del Rímac, que atraviesa la capital peruana hasta desembocar en el océano Pacífico, volvió a anegar las calles de los municipios de Chosica y Huachipa, situados en el este de Lima.
El agua desbordada del cauce fluvial discurre con fuerza por el entramado urbano y los vecinos se ven obligados a cruzar con cuerdas dispuestas por las autoridades para evitar ser arrastrados por la corriente, como se puede ver en la imagen que ilustra esta noticia.
A las afueras de Lima, un operario de una excavadora, que colaboraba en los trabajos para recuperar las vías de comunicación afectadas, murió al volcar el vehículo en una zona muy escarpada del municipio de Santa Eulalia, según el gobierno regional.
En otros distritos de la capital peruana, sin embargo, hay desde hace más de un día escasez de agua, al permanecer cortado el suministro de agua potable por la imposibilidad de recoger este líquido del río Rímac, cuyo caudal baja con excesivo lodo, piedras y objetos para su procesamiento y distribución.
El Servicio Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) informó hoy en un comunicado de que el suministro no podrá ser restablecido hasta al menos las 14.00 hora local (20.00 hora española) por tres corrimientos de tierras vertidos al río en las últimas horas.
Para ayudar a la reconstrucción y recuperación de las zonas afectadas en la región de Lima, el Gobierno de Perú declaró hoy en emergencia 42 municipios de ese departamento, 39 situados en Lima y tres en el Callao, la ciudad portuaria aledaña a la capital.
Las inundaciones han causado hasta ahora, al menos, 72 muertos, 170 heridos, 11 desaparecidos, 62.000 damnificados y unos 500.000 afectados, según las últimas cifras oficiales ofrecidas por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).
Las lluvias se dan por un atípico fenómeno climatológico de ‘El Niño’, que ha calentado inusitadamente la superficie marina del litoral peruano, lo que a su vez provoca intensas e inusuales lluvias en su costa desértica, que causan anegamientos, desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierras, conocidos en Perú con el término quechua ‘huaicos’.