El sonido de un jututo o caracola a las 5 de la mañana del pasado miércoles, 16 de noviembre, fue la alerta que aviso a los moradores del sector La Culebra, de la comunidad de San Francisco Vicentillo, de que algo fuera anormal estaba sucediendo en su territorio, y ciertamente así era, pues, unos 30 hombres entre civilices y militares a bordo de dos camiones, armados y dispuesto a todo, llegaban a desalojarlos de las tierras por las que desde hace más 40 años están luchando y por las cuales están dispuestos a dar sus vidas, vidas que pusieron en riesgo cuando sin pensarlo decidieron enfrentarlos con piedras y machetes.
Este desafortunado hecho han marcado las vidas de estos trabajadores del campo, a unos los ha hechos más fuertes y los ha llevado a probar su valentía, y a otros simplemente los ha destrozado.
Ese es el lamento de Leónidas Jiménez Mota, una mujer que día a día con sus propias manos trabajaba la tierra para dar sustento a sus ocho hijos y pagar varios prestamos que ha hecho para comprar sepas de plátanos y plantas de yuca siembra que al igual que su pequeño colmado y su casa, fue destruida por los vándalos sin el menor remordimiento.
Los campesinos recorren el camino y ven como siembras fueron totalmente destruidas por los malhechores, porque mal hicieron, respaldados con una orden de desalojo emitida por el abogado del estado José Antonio Polanco Ramírez, a quien consultamos y confirmo haber dado la orden pero nunca para este acto inhumano cometidos por los hombres pagados, según los campesinos, por un tal Pedro Varona, quien dice tener documentos que demuestran que las tierras son suyas.
Los cierto es que sea como sea sucedió y gracias a Dios sin pérdidas humanas esta vez pero los campesinos no prometen que sea igual en una próxima intervención, ya que en esta solo le hicieron frente, los desarmaran y los dejaron ir.
Los campesinos muestran las armas con la que los atacaron, chapeando las plantaciones agrícolas con estos machetes.
La pala mecánica con la que derrumbaron las casitas , la cual fue incendiada por los campesinos.
Documentos de algunos de los atacantes, que fueron desarmado por los campesinos.
Anexos